La Interfaz. 
          
           La computadora ha cambiado
            radicalmente en la última década. Se ha integrado a los aparatos de
            comunicación, ha reducido su tamaño, ha aumentado su poder de
            cómputo, se han reducido los costos de los equipos. En la actualidad
            nos comunicamos con los ordenadores de una forma muy transparente,
            especialmente con los aparatos portátites.
          
           Las principales formas de
            interacción con la computadora portátil, con los teléfonos celulares
            y con el universo de datos que ofrecen, son heredadas, en un inicio,
            de otros aparatos similares que los antecedieron y que tardaron en
            desaparecer. Hoy, por ejemplo, nos sentimos incómodos al utilizar un
            teléfono de marcación de disco o una máquina de escribir.
            Probablemente las nuevas generaciones no sabrían como usarlos. Sin
            embargo sabemos utilizar el teclado QWERTY para relacionarnos con la
            computadora.
          
           Las nuevas formas de relación,
            todavía en estudio y experimentación, ofrecen una manera más natural
            y espontánea de comunicación con estos aparatos, sin embargo
            requieren de un aprendizaje cultural, lo que puede constituir un
            obstáculo para su comercialización, aunque las tareas encomendadas a
            estos aparatos sean más fáciles. Nuestro comportamiento frente al
            uso de la tecnología es, a fin de cuentas, un problema cultural.
            Ejemplo de lo anterior es el comportamiento que tienen las personas
            mayores al hablar por teléfono, que levantan la voz, especialmente
            si la llamada es de larga distancia, o pensemos en la cantidad de
            mensajes que se escriben en todo el mundo usando el teclado de un
            teléfono celular.
          
          Una rápida reseña de estas formas de relación con las tecnologías
          digitales portátiles, nos muestra los puntos rescatables que permiten
          especular sobre el futuro de la interfaz de las tecnologías móviles.
          
          
Teclado. El teclado físico
          parece ya inoperante para este tipo de aparatos, debido a la excesiva
          miniaturización de las teclas. Sin embargo sigue siendo la manera
          preferida de comunicación del ser humano con la máquina. Parece
          increíble que el teclado tipo QWERTY, patentado en 1874, siga
          utilizándose. La evolución del teclado telefónico a los organizadores
          personales ha llevado a la asociación de un grupo de letras a números,
          que es la entrada de una forma de escritura especialmente en mensajes
          breves a través del teléfono celular. Sin embargo son muchas las
          aplicaciones que hacen uso de un teclado “virtual”, ya que su
          simulación permite la entrada de datos a los dispositivos.
          
          
Reconocimiento de la escritura.
          A mi manera de ver es bastante eficaz, si aprendemos como escribir
          para que la computadora entienda nuestra letra. Ya con la
          miniaturización de los equipos, esta línea de investigación parece
          abandonada, tal vez por la excesiva reducción del espacio para
          escribir. Por lo demás contiene todas las funciones de una pantalla
          sensible al tacto. (Pen based computing).
          
          
Pantallas sensibles al tacto.
          Esta modalidad, mientras sea necesaria la pantalla para relacionarnos
          con la computadora, ha sido el modelo preferido, por ser una interfaz
          muy intuitiva, en los sistemas multimedia interactivos, especialmente
          los de uso público. Es de gran versatilidad debido a la diversidad de
          posibilidades de los gráficos de la computadora, ya que este sistema
          puede simular diversos dispositivos a la vez: un teclado, una cámara
          fotográfica, etc. Hay mucha investigación al respecto, no sólo en
          laboratorios sino ya a nivel industrial, que nos hace ver que es el
          futuro del escritorio de trabajo. Actualmente se está masificando en
          la producción de los dispositivos móviles.
          
          
Reconocimiento de voz.
          Parecería la forma más “natural” para entendernos con una máquina, así
          como lo hacemos con otros seres humanos. El principal problema es que,
          aunque usemos las mismas palabras, en un mismo idioma, falta un
          contexto que la máquina no siempre puede captar. Así, por un lado, las
          máquinas tienen que aprender a “escuchar” y los humanos tendremos que
          aprender a hablarle a las máquinas. Los sistemas que he utilizado me
          parecen bastante eficaces, después de un tiempo dedicado al
          entrenamiento, tanto de la máquina como de mi parte como usuario.
          Desde hace años se han incorporado a la tecnología de los teléfonos
          celulares. Si se perfecciona podría llegar a substituir a los teclados
          alfanuméricos.
          
          
Reconocimiento de imágenes
          (fijas y en movimiento y sus derivados).- Este es un enorme campo de
          desarrollo de las ciencias de la computación, especialmente si ligado
          a las redes neuronales. Ya existen experimentos exitosos en la
          Universidad Bauhaus, en especial los de Oliver Bimber, de los cuales
          hablaremos más adelante, ligados al reconocimiento de imágenes
          aplicados a la telefonía celular. Los sistemas derivados del
          reconocimiento de imágenes como la tecnología de Eye tracking y el
          reconocimiento de gestos, abren nuevas posibilidades en el diseño de
          la interfaz, especialmente cuando se mezclan con otros dispositivos
          como son acelerómetros y giroscopios. Hay una gran cantidad de
          aplicaciones en desarrollo que usan este tipo de tecnologías,
          especialmente para personas con habilidades diferentes y en
          videojuegos. Junto con las tecnologías de reconocimiento de voz,
          parece ser una combinación que ofrece muchas posibilidades.
          
          En cuanto a la visualización de datos y de la interfaz con los
          ordenadores, se puede observar que la evolución ideal será la de
          imágenes tridimensionales interactivas, probablemente sobre pantallas
          sensibles al tacto o proyectadas.
          
          Para ver hacia donde apuntan las tecnologías nómadas, retomemos la
          idea de Nicholas Negroponte, en su artículo “Weareable Computing”,
          escrito hace más de 15 años, en donde dice que en lugar de que estemos
          frente a la computadora que estemos dentro de ella; se puede ver la
          importancia de la investigación alrededor de la creación de ambientes
          inmersivos, que tiendan a hacer que la computadora no sea vista como
          un objeto.  De aquí surge la idea del “softwear” estos dispositivos
          que se acoplan a nuestra manera de vestir y de comportarnos. Lo que se
          amolda al cuerpo humano es la tela, dice Negroponte, lo que hace que
          sea un soporte ideal para la electrónica y los dispositivos de
          visualización. Los zapatos, por otro lado, pueden ser fuente de
          energía al caminar.
          
          En otro artículo posterior, “Laptop Envy”, Negroponte apunta, con más
          de diez años de anticipación, hacia las necesidades actuales del
          cómputo móvil, en donde las computadoras portátiles (laptop, notebook,
          etc.) reducen su tamaño, sacrificando poder de cómputo y resolución a
          cambio de una conexión a la red muy eficiente; surge el concepto de
          netbook, que además de estas prestaciones técnicas, se fabrican en una
          variedad de colores y modelos para que sean consideradas como
          accesorios de vestir. [
Artículo]
          
          En otra línea de experimentación, en la Bauhaus University de Weimar,
          en Alemania, investigadores como Oliver Bimber, y Erich Bruns nos
          muestran un futuro próximo en el campo de la telefonía celular que
          incorpora cámaras de video en sus aparatos:  las imágenes obtenidas
          entran a una aplicación de reconocimiento de imágenes que permite el
          acceso a grandes bases de datos, a redes ad-hoc, a redes neuronales,
          para obtener información sobre lo que estamos viendo. Su aplicación,
          en un inicio, está pensada para guías de museos, en donde el teléfono
          puede proporcionar más información sobre los objetos expuestos. Este
          es un paso decisivo hacia la formación de una memoria colectiva que
          permita el intercambio de información con todos los usuarios
          conectados en un entorno, y que nos pueda envolver con sus datos a lo
          largo del día, en cualquier lugar, en cualquier momento. Va a ser un
          factor determinante para la toma de decisiones cotidianas. [5]
          
          En ese contexto el video se convierte en una forma de acceso a bases
          de datos de imágenes, que pueden ser georeferenciadas y etiquetadas de
          las más diversas maneras, creando nuevas formas narrativas
          contextualizadas: no todos veremos el mismo el video.
          
          La computadora portátil, de vestir, que inclusive combina con el tipo
          y colores de nuestra ropa, que nos envuelve, se convierte en la
          confluencia de varios aparatos y sistemas, integrando a la vez varias
          funciones, como la telefonía celular, la televisión, lector de diverso
          tipo de documentos, etc.;  encontrar una manera natural de
          relacionarnos con todos estos aparatos es una tarea compleja.
          Incorporará reconocimiento de imágenes, gestual y de voz. Pero lo más
          importante es que será nuestra principal conexión con el mundo
          exterior.
          
          
          Andrea Di Castro, Diciembre 2019.