La inmersión es el efecto sensorial producido en la convergencia de la obra de arte y la generación de imágenes; cuando el mensaje y el medio que lo sustenta forman una unidad en la que el medio se vuelve irrelevante e irreconocible. Es la absorción mental iniciada con el propósito de activar un proceso, un cambio, una transición.

La manera en la que se entrelazan los distintos elementos que conforman un sistema inmersivo marcan las pautas para que un espectador pueda elegir, hasta ahora, el aventurarse en un montaje, en una propuesta, y en esto es importante la retórica, pues dependerá de esta el arrojo total, la disposición de todos los sentidos involucrados y la voluntad de legitimizar o no esa escena como una realidad

Este concepto es fundamental para entender los nuevos medios. Medios que ejercen influencia en la manera de percibir el espacio, los objetos y el tiempo. Que pueden extender nuestra percepción trascendiendo no solo los limites de distancia, como hace la telemática, sino también los del tiempo, la realidad y el psique.

Desde las cavernas de Lascaux y Altamira en Europa, pasando por la Sacre Rappresentationi de Gaudenzio Ferrari en el santuario Sacro Monte Di Varallo en Italia ; la expansión infinita e histriónica de los frescos barrocos; la Quadrattura y el Panorama militar como métodos tácticos; la propaganda religiosa de la Lanterna Magica de Athanasius Kirchner y Gaspar Schott en el siglo XVII; la perturbadoras seances de Phantasmagoria de Ettieanne Robertson; Richard Wagner y el concepto Gesamtkunstwerk; las ideas de Morton Heilig sobre un Cinema del futuro; hasta los sistemas de realidad virtual y vida artificial, los procesos comunicativos se han tornado mas inclusivos, pues han incorporado cada vez mas las distintas capacidades sensoriales del ser humano. Y es en este proceso donde han convergido de manera inequívoca el arte y la ciencia.