PANORAMA DE LAS ARTES ELECTRÓNICAS EN MÉXICO
Andrea Di Castro / Agosto de 2009.
En los últimos veinte años el
panorama del arte contemporáneo mundial ha cambiado
radicalmente: el uso expresivo de los nuevos medios y en
particular el de los medios electrónicos, está cada vez más
presente en el quehacer artístico. México no ha sido la
excepción en estas tendencias, ya que con el pasar del tiempo,
aumenta el número de artistas que utilizan, o han utilizado,
algún medio digital o electrónico para expresarse.
En el caso particular de México, podríamos decir que este impulso se debe a varios factores: por un lado a un mayor acceso a la tecnología, por otro a las posibilidades expresivas que estos medios ofrecen, y finalmente a los espacios que se han instituido para fomentar la creación en estas áreas. El término “Multimedia”, que en su tiempo remitía a la innovación, a la vanguardia, poco a poco se fue desgastando y ya no suena tan insistentemente: en esta era de rápidas evoluciones las definiciones se pueden quedar cortas. El uso expresivo de la computadora ha incursionado en una diversidad de modalidades que hace que los linderos entre las diversas disciplinas artísticas tecnológicas sean difíciles de precisar. Lo que en este momento queda claro, es que el video, la multimedia, el arte digital en sus diversas manifestaciones, la robótica, los objetos interactivos, son parte del universo de posibilidades que hoy nos ofrecen las artes electrónicas. Mayor acceso a la tecnología. Desde luego, un factor muy importante para la masificación de la tecnología ha sido la disminución de sus costos. Aunque en Latinoamérica, la tecnología y los servicios de conexión a redes son más caros que en muchos otros países, - como son Estados Unidos, Canadá, los países de Europa, algunos de Asia y Oriente (es decir los países que producen tecnología)-, además de que el nivel de ingresos de la población latinoamericana es inferior respecto a la de estas naciones. Esto nos pone en serias desventajas, no sólo en el ámbito del arte, sino también en la educación, en la ciencia, en la industria, en prácticamente toda actividad. No obstante esta desventaja, es innegable que en los últimos veinte años ha sido más factible disfrutar de los avances tecnológicos también en México. Además del aspecto de la reducción de los costos de acceso a la tecnología, la mayor facilidad de uso de ésta ha sido otro factor de su masificación. Hoy no se necesitan destrezas o habilidades especiales para hacer uso de un ordenador, de una cámara de video o de una cámara fotográfica. Esta combinación, costo – facilidad, ha sido un determinante para la proliferación de la producción artística electrónica. La utilización de computadoras y de programas es cada día más fácil, más intuitiva. Se han formado – muchas veces en forma autodidacta- una gran cantidad de artistas que pueden editar sus videos, hacer sus páginas de Internet, tener su blog, editar sus fotos, publicar sus libros, realizar instalaciones y objetos interactivos. Esto, hace veinte años, era impensable, porque eran tareas de especialistas, no formaban parte de un conocimiento “común”. Asimismo, había muy pocos interlocutores, en estos campos tan especializados. En el ámbito del video, uno de los medios más difundidos de las artes electrónicas, hace apenas veinte años, no era fácil editar los materiales producidos, ya que se requería de un equipo muy sofisticado y caro; muy pocas personas podían hacerlo en forma independiente. Los problemas técnicos que implicaban la edición y la post-producción, influyeron en la realización de los videos. Estas eran obras, en su mayoría, más de características conceptuales, - que explotaban la inmediatez, la instantaneidad del medio - , que de características técnicas elaboradas. La dificultad para el acceso a la tecnología determinaba entonces, el tipo de realización. De hecho, se argumentaba que la producción de video – siempre refiriéndonos al video como forma expresiva – no tenía calidad. Y esto se debía a factores técnicos, más que de contenido. Hoy ya no es así: muchas personas tienen en su casa, inclusive en computadoras portátiles, estudios completos de post-producción, con las más sofisticadas herramientas multimedia, que les permiten editar, en forma impecable, cualquier tipo de video, inclusive de alta definición. Con las computadoras actuales, en dónde es posible manejar imágenes y sonidos en tiempo real, el video pasa a ser parte de este universo multimedia, al que se le añaden elementos nuevos como son la interacción y la posibilidad de viajar por Internet. Cualquier persona, artista o no, pude hacer uso de estas tecnologías, y cualquier computadora tiene las características técnicas necesarias para estas tareas. Nuevas formas expresivas, nuevas formas de pensar. Toda tecnología cambia nuestra forma de pensar y reconfigura la idea de quiénes somos. Esto sucede en forma acelerada con las tecnologías electrónicas, modificando constantemente nuestros conceptos, como son: el concepto de globalidad el concepto de moralidad el concepto de privacidad el concepto de identidad el concepto de memoria entre muchos otros, que se van transformando, adecuando a las nuevas posibilidades y a las relaciones que se establecen en el ambiente digital. A veces estos conceptos renovados y adaptados son la “materia prima” de las obras contemporáneas. Estos cambios han sido de fácil asimilación, especialmente entre los jóvenes, quiénes aprovechan las formas de lenguaje y las posibilidades expresivas que ofrecen estos nuevos medios: son oportunidades frescas, originales, para los artistas que buscan revolucionan el trabajo expresivo. Las cualidades del medio electrónico contemporáneo mayormente manejadas por los artistas son: la distribución de la obra en la red, la transportabilidad, la reproductibilidad, la inmediatez, la manipulación, la interacción, lo colaborativo, la apropiación, entre muchas otras. Algunas de estas cualidades, difícilmente se pueden encontrar en otros soportes expresivos. Son específicas de los medios electrónicos. Esto hace que los artistas tengan más elementos y herramientas para crear sus obras. Nuevos espacios de acción y creación. Los espacios que se han establecido para fomentar la creación en estas áreas han aumentado con el pasar de los años. Incluyen becas, financiamiento de proyectos, festivales y eventos, espacios equipados para el desarrollo de proyectos, e incluiría aquí también Internet y todas sus posibilidades. Esto espacios también han sido un gran punto de encuentro: fomentan no sólo la producción sino además el intercambio de ideas y de experiencias. Esta es también una razón de la rápida evolución de los medios electrónicos. La reconfiguración de los espacios físicos e institucionales para el desarrollo de proyectos expresivos, especialmente los que incorporan estas nuevas posibilidades, debería ser una actividad permanente, debido al cambio constante de las posibilidades tecnológicas. Dentro de los espacios establecidos institucionalmente, hay que mencionar los que brindan apoyo económico para el desarrollo de los proyectos de arte, como son los diversos programas del FONCA (Jóvenes Creadores, el Sistema Nacional de Creadores de Arte así como el Programa de Apoyos a la Producción y Conversiones Culturales), que fomentaron la realización de una diversidad de proyectos que de otra manera no se hubieran podido desarrollar. La importancia de estos estímulos reside en el hecho que se incentivó a pensar y a crear proyectos y obras que anteriormente no estaban al alcance de los realizadores, entre otros factores, porque el arte electrónico está fuera de los circuitos comerciales del arte. También un factor determinante para el desarrollo del arte electrónico en México fue la creación del Centro Multimedia en el Centro Nacional de las Artes. Éste fue un espacio clave para poder abrigar y dar la asesoría necesaria a una variedad de proyectos que requerían algún tipo de nueva tecnología digital. Ahí se emprendieron proyectos que no se hubieran podido realizar fácilmente en México, independientemente de los montos otorgados en las becas, por problemas de acceso a tecnologías sofisticadas como son las de Realidad Virtual, de robótica, de impresión de gran formato, entre otras. Fue también un espacio de encuentro que permitió poner en contacto, a través de seminarios y cursos con creadores de diversos países, a la comunidad artística mexicana, compartiendo así ideas y experiencias sobre las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías. Otro elemento determinante en el mayor uso de herramientas electrónicas y multimedia por parte de los artistas, reside en el hecho de que se han incorporado materias como Multimedia, Video y Proyectos de Nuevas Tecnologías en los espacios educativos dedicados a las artes. Por otra parte, el hecho de que las escuelas de Música, de Artes Plásticas, de Danza y de Teatro, se encuentren reunidas en el Centro Nacional de las Artes, fomenta el carácter interdisciplinario necesario para la creación de obras multimedia interdisciplinarias. Otro de los estímulos importantes para la producción de arte electrónico han sido las bienales y los diferentes eventos de arte contemporáneo que permiten mostrar, con cierta periodicidad, la producción que se desarrolla en México. El origen de estos eventos, en el campo de las artes electrónicas, fue la Bienal de Video, en 1990, que permitió mostrar una diversidad de producción en todas las ramas del video; a lo largo del tiempo este encuentro se fue transformando y actualmente se llama Transitio_MX, incluye un panorama muy amplio de tecnologías electrónicas y es de carácter internacional, a diferencia de la Bienal de Video, que era nacional. Los certámenes son un gran aliciente para la producción mexicana de video, de multimedia y de arte electrónico en general, ya que van creando un circuito de distribución de obra, fomenta el intercambio de ideas y de técnicas, además de mostrar un panorama del arte actual. Estas también son características que tienen en común con los espacios de exhibición “alternativos”, como por ejemplo El Laboratorio de Arte Alameda y Ex Teresa Arte Actual, que organizan muestras y eventos de arte electrónico. Para finalizar la reseña de los espacios que se han abierto en los últimos veinte años para la creación y difusión del arte electrónico, hay que mencionar Internet y las obras producidas con telefonía celular. Estos espacios han evolucionado técnicamente a tal grado que es posible manejar imágenes fijas y en movimiento, sonido y elementos interactivo en tiempo real. Estas oportunidades tampoco han sido desaprovechadas por los artistas. La producción artística. La interacción es muchas veces un nuevo y esencial ingrediente de este tipo de piezas: la obra existe sólo con la presencia y/o con la acción del ya no espectador, sino ahora diríamos del participante. Se reinventa entonces el papel del espectador frente a la obra de arte: ¿será entonces un “usuario”? Las propiedades volátiles de la red y casuales de la interacción, permiten crear obras únicas, irrepetible, a veces fugaces, ya que no dejan rastro de su existencia. También hay una apropiación de conceptos, de ideas, de espacios públicos y privados, de imágenes y sonidos que se transforman y se vuelven a poner en circulación. Se utilizan como metáfora. Surgen así, poco a poco, los nuevos virtuosos de estos instrumentos, hardware y software, que se renuevan ambos día a día, para adecuarse a las exigencias de los usuarios. Los artistas de la era digital nos muestran esta diversidad de posibilidades a través de sus obras: intervenciones en espacios públicos georeferenciadas, arte en la red, videoproyecciones interactivas, la red como soporte de la obra, la interacción, la inmediatez y transportabilidad de la obra, la ausencia de soporte temporal o material, son algunos ejemplos de las tendencias expresivas contemporáneas que hacen uso de las tecnologías digitales. La computadora es un laboratorio de expresión, de sensaciones, de posiciones frente a la vida y el arte, en donde cotidianamente podemos mezclar nuestros ingredientes preferidos para volverlos a transformar una y otra vez: textos, imágenes fijas y en movimiento, sonidos que crean un universo de posibilidades infinitas, que cambian día a día. Muchas personas, relacionados o no con el arte, sabiéndolo o no, es decir conscientemente o inconscientemente, utilizan a la computadora como una poderosa herramienta expresiva, que les permite crear, a veces en forma instantánea o relativamente rápida, obras insólitas que con frecuencia son vistas por un público invisible, disperso por todo el mundo y que no podría caber en ningún museo o galería real. La computadora conectada a Internet hace que se cree un nuevo medio de difusión del quehacer artístico y, con ello, la diseminación de la obra se escapa al control del autor. La revolución digital en la expresión. Así como en otras partes del mundo, también en México la computadora es un objeto esencial en la vida cotidiana. Es mucho más que una máquina de escribir evolucionada, o que el archivo de fotografías o una extensión natural del teléfono. Conectados a Internet, la pantalla de la computadora que tenemos enfrente, absorbe nuestras miradas: es una ventana abierta al Ciberespacio, de posibilidades infinitas; es ya una forma “natural” de relación con el mundo exterior, es un punto de encuentro, un lugar de realidades y fantasías. Las computadoras conectadas entre si se convierten en un gran archivo colectivo de ideas, de imágenes, de sonidos, de recuerdos, que recorre en forma vertiginosa a todo el planeta. Se crean así nuevas relaciones de convivencia, de comunicación. Se crean nuevas comunidades que no dependen de la geografía. Estamos viviendo una gran revolución, la revolución digital, de consecuencias y de cambios mucho más profundos que la imprenta. Y esto afecta también al arte. Después de esta revolución, y como ha ocurrido con muchos descubrimientos e invenciones a lo largo de la historia, el hombre ya no será el mismo. Su concepción del mundo y de la vida ha cambiado. Y el arte no es la excepción en esta secuencia de cambios. Hoy, también el arte, ya no es el mismo. Se ha enriquecido de esta multiplicidades de visiones, de nuevas técnicas expresivas, de nuevas formas de circulación. Se ha desprendido del soporte atómico para convertirse en información, que es lo que le permite estar en todos lados, de ser ubicuo, de transformarse constantemente, como un virus. No necesita de espacios como museos y galerías, no necesita de curadores que sustenten o justifiquen la obra. Tampoco necesita de la legitimación institucional. Simplemente existe, aunque muchas veces no es tangible y no es visible. Nos invade, está a nuestro alrededor y por lo tanto a nuestro alcance. Esta manera de existir de las obras es la que le permite estar fuera del mercado del arte convencional y de sus regulaciones. Se reinventan estas reglas, más bien la regla de los artistas que se dedican al arte digital parece ser que no hay reglas. Más allá de toda discusión sobre si todas estas formas expresivas de la electrónica son arte o no, es evidente que son obras que amplían nuestro horizonte de la realidad, de nuestra idea del mundo y de quiénes somos, todas estas funciones esenciales de una obra de arte. Andrea Di Castro / Agosto de 2009. |